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ToggleTrasteros Ley de Propiedad Horizontal. Aunque la gestión de los trasteros de las comunidades de vecinos se encuentra sujeta a la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), se trata de una de las cuestiones que suelen generar más confusión entre los propietarios. Desde la instalación de una caseta prefabricada hasta la posibilidad de transformar un trastero en una vivienda.
Además, muchos propietarios ignoran que ciertos comportamientos, como acumular objetos en pasillos o en áreas de acceso común, pueden ser sancionados o requerir acciones legales, lo que puede dar lugar a numerosos conflictos.
La Ley de Propiedad Horizontal es la normativa que regula las comunidades de propietarios en España, incluyendo también los trasteros. Según la LPH, los trasteros son espacios destinados al almacenamiento de objetos personales, no pudiendo ser utilizados para otro tipo de actividades, como vivir en ellos o convertirlos en talleres o viviendas, por ejemplo.
Además, hay que destacar que, aunque generalmente forman parte de la propiedad privativa de cada vecino, su uso no es completamente libre. A menos que los estatutos de la comunidad establezcan lo contrario, el uso de un trastero debe limitarse estrictamente a guardar enseres. Por ejemplo, no está permitido almacenar sustancias peligrosas o realizar actividades que puedan poner en riesgo la seguridad o la salubridad del edificio.
Una de las reglas más importantes en la gestión de comunidades de propietarios es que las zonas comunes son de uso compartido. La LPH establece que las áreas comunes, como pasillos, escaleras o cuartos de contadores, deben ser utilizadas para el fin al que están destinadas.
Con lo cual, no se puede hacer un uso privativo de ellas sin la autorización de la comunidad. Por ejemplo, si un vecino decide almacenar su bicicleta en el cuarto de contadores, estaría infringiendo esta norma.
Por eso, para evitar conflictos, es importante que cualquier propuesta de cambio de uso de las zonas comunes sea discutida y aprobada en junta.
Tanto la LPH como los estatutos de la comunidad determinan qué se puede y qué no se puede hacer en este tipo de espacios. Generalmente, su única función es almacenar objetos personales, no pudiendo ser usados para actividades que perjudiquen a otros vecinos.
Además, es importante tener en cuenta que la factura de la luz que se consume en los trasteros es asumida por la comunidad. Con lo cual, un uso indebido de estos espacios, como instalar un frigorífico, podría incrementar el gasto.
En el caso de que un propietario esté haciendo un uso inadecuado de su trastero, debemos comunicárselo al presidente de la comunidad y al administrador. Ignorar el problema no solo perjudica a la convivencia, sino que, además, podría acarrear problemas legales.
La Ley de Propiedad Horizontal es muy clara en lo que respecta a las instalaciones comunes. Si un propietario decide almacenar objetos en una zona común sin el consentimiento de la comunidad, está generando un problema que puede acabar dando lugar a conflictos entre los vecinos. Por este motivo, la comunidad debe actuar para restablecer el orden.
La forma más eficaz de proceder es convocar una junta para discutir la retirada de los enseres. Por lo general, se le da al propietario un plazo para recoger sus objetos. De lo contrario, la comunidad puede encargarse de eliminarlos. No obstante, hay que tener en cuenta que el propietario podría interponer una denuncia alegando que se han coaccionado sus derechos.
Así pues, lo más recomendable es enviar un requerimiento por burofax al propietario, dándole un aviso formal para que retire sus pertenencias. Si la situación no se resuelve, la comunidad podría iniciar un proceso de cesación.
El seguro de la comunidad de propietarios es una herramienta fundamental para la protección de los bienes comunes y privados dentro de un edificio. Pero, ¿Qué ocurre con los trasteros?
Por lo general, la póliza de seguro cubre riesgos relacionados tanto con las áreas comunes como con ciertos espacios privados, como los trasteros. Sin embargo, es aconsejable revisar las condiciones específicas del seguro, ya que las coberturas pueden variar.
Por lo general, el seguro cubre daños provocados por incendios, inundaciones y otros riesgos que puedan afectar a los trasteros. Sin embargo, la responsabilidad sobre los objetos almacenados recae en el propietario del trastero, por lo que cada propietario debe preocuparse de si sus enseres están protegidos en caso de que se produzca cualquier incidente.
Con lo cual, lo más recomendable es que cada propietario revise su póliza de seguro y, si es necesario, contrate una cobertura adicional para sus trasteros. Así, podemos estar seguros de que nuestros objetos personales estarán protegidos ante cualquier eventualidad.
Si la plaza de aparcamiento es lo suficientemente grande, muchos propietarios optan por utilizarlo para más de un vehículo o como un área de almacenamiento.
La Ley de Propiedad Horizontal permite a los propietarios realizar ciertas modificaciones en sus espacios privativos, pudiendo instalar armarios o incluso pequeñas casetas, siempre que no interfieran con el uso común del garaje.
No obstante, es recomendable informar a la comunidad antes de realizar cualquier cambio para mantener una buena relación con los vecinos.
Según la Ley de Propiedad Horizontal, cualquier modificación que se realice en elementos comunes requiere un acuerdo de al menos tres quintas partes de los propietarios.
Si se decide que las casetas son una mejora que beneficiará a todos, es importante que se planifique adecuadamente el espacio. Por ejemplo, debe garantizarse que hay lugar suficiente para que los futuros propietarios también puedan acceder a un trastero. Además, en caso de que el proyecto sea aprobado como un nuevo servicio común, todos los propietarios estarán obligados a asumir los gastos de instalación.
Por otro lado, si las casetas se destinan a un uso exclusivo de ciertos propietarios, la aprobación debe ser unánime, ya que esto representaría una modificación del título de propiedad.
Para poder convertir un trastero en vivienda, lo primero que se debe hacer es comprobar lo que estipula el título constitutivo de la propiedad. Si no hay ninguna prohibición específica y se cumplen los requisitos de superficie y habitabilidad, la transformación podría ser viable.
Sin embargo, cualquier obra que implique modificar elementos comunes, como ventanas o acceso a servicios, necesitará la aprobación de la comunidad. Normalmente, se requiere el consentimiento de al menos dos tercios de los propietarios. Además, debe notificarse a la comunidad y solicitar la licencia de obras del Ayuntamiento. De lo contrario, la obra podría considerarse ilegal.
En definitiva, aunque los trasteros son espacios privados, su uso y regulación afectan a toda la comunidad, por lo que es importante ajustarse siempre a la normativa. No olvides que la buena convivencia y el respeto por las normas son beneficiosos para todos.
En nuestro bufete contamos con un equipo de abogados con una amplia formación en el derecho y la administración de comunidades de propietarios que os ayudarán a facilitar el gobierno de la comunidad para cuidar el edificio a través de decisiones adecuadas para el correcto mantenimiento y la…
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