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ToggleUna mancomunidad es una fórmula que suele crearse cuando varios edificios comparten zonas comunes y tiene por objetivo optimizar la gestión de las mismas. Puede funcionar desde el inicio de la actividad vecinal o crearse más tarde. Pero, en cualquier caso, debe inscribirse en el registro de la propiedad correspondiente para ser completamente legal.
La urbanización puede administrarse directamente a través de dicha mancomunidad, siendo esta la única entidad representativa, legal y operativa de todos los edificios o a través de las diferentes comunidades individuales de cada edificio y que la mancomunidad solamente tenga la función de gestionar las zonas comunes que pertenecen a todos.
La principal diferencia entre ambas fórmulas es que, en el primer caso, únicamente hay una junta directiva, mientras que en la segunda hay varios presidentes, uno por cada comunidad, que componen la junta directiva de la mancomunidad. En este último caso, cada comunidad contaría con sus propios presupuestos y su manera de trabajar, pero quedando obligada a contribuir en función de su cuota de participación al presupuesto aprobado por la mancomunidad. Así pues, dentro de los recibos mensuales se incluiría una dotación económica para el mantenimiento de la comunidad y de la mancomunidad.
Para que resulte más fácil de entender, en el primer caso sería algo así como un país que cuenta con un gobierno totalmente centralizado que gestiona todo el territorio, mientras que en el segundo, el territorio estaría dividido en regiones con competencias propias, como sucede en España con las comunidades autónomas, y contaría además con un gobierno que se ocupa de las materias que atañen a todas esas regiones.
En el caso de que haya elementos comunes como pistas deportivas, piscina o garaje compartido por varios edificios de un mismo recinto, no es posible disolver una mancomunidad, ya que es la única fórmula existente para gestionar estas zonas.
La única manera de hacerlo es que una de las comunidades comprara al resto los elementos comunes que comparten. De lo contrario, sólo queda una opción para poder disolver la mancomunidad, que es crear una única comunidad para todos y disolver las comunidades independientes si las hubiera.
Cosa distinta es que, al principio, se creara la mancomunidad porque hubiera elementos comunes, como puede ser la caldera, y que en un momento dado dejen de ser elementos comunes porque cada edificio pase a tener su propia caldera.
En este tipo de situaciones, seguir conservando una mancomunidad no tendría ningún sentido, especialmente porque pueden surgir conflictos relacionados con derramas o gastos extraordinarios de un edificio en concreto y que no atañen al resto de propietarios. Para poder disolver la mancomunidad, habría que realizar una votación en Junta de Propietarios y que el acuerdo fuera aprobado por mayoría simple.
Pero también puede ocurrir que solamente queramos echar a un edificio de la mancomunidad sin disolverla. La cuestión es que no es posible desvincular un edificio de la mancomunidad si sus propietarios no quieren, ya que es una decisión que depende de todos los propietarios y que debe ser aprobada también por unanimidad. Sobre todo si la mancomunidad ha sido constituida en las Escrituras de División Horizontal o en el Título Constitutivo. En estos casos, la única solución es hacer varias comunidades distintas, una por cada edificios, y una mancomunidad para los elementos comunes.
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