El contrato de compraventa de una vivienda es el documento donde el poseedor de una casa queda obligado a entregarlo al comprador a cambio de un importe estipulado. Un acuerdo jurídico bilateral y convenido donde se necesitan las voluntades de las dos partes con el objetivo de que pueda completarse la operación y la concesión de la vivienda. Sin embargo, con la firma del documento no se lleva a cabo la entrega del inmueble, sino que lo que se hace es acordar que posteriormente se procederá a la entrega del mismo. Debe ser concretado en escritura pública, tal como queda plasmado en el art. 1280 del Código Civil y referir la propiedad en cuestión, el número de finca y el Registro en el que está inscrito. Pero también es aconsejable añadir otros datos para facilitar su identificación, como la referencia catastral o la descripción que se muestra en el Registro. Y si el inmueble incluye plaza de parking o trastero, por ejemplo, se recomienda dejarlo por escrito.
A continuación te damos algunos motivos por los que se recomienda contratar un abogado para la confección y gestión de contratos de compraventa:
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El contrato de compraventa es un acuerdo particular en el que se recogen los derechos y deberes tanto del vendedor como del comprador. Está formado por diferentes estipulaciones y condiciones. Deben añadirse los datos tanto del vendedor como del comprador, la verificación del título de la propiedad, las especificaciones de la vivienda, el coste de la venta, la fecha de cesión, los impuestos y abonos y las penalizaciones.
Principales puntos: el contrato tiene que recoger una reseña minuciosa de la propiedad y sus anexos, sus metros útiles, su localización y datos sobre las zonas comunitarias. Además, tienen que reflejarse los datos registrales de la casa y las posibles cargas que la pueden gravar, y el estado de los pagos de tributos y otros costes.
Importe y reparto de costes: también deberán recogerse todas las cláusulas de la transacción, como el coste de la vivienda y la manera de pago, a quién concierne cada gasto de la transacción o el momento de entrega de las llaves. Así como el intervalo para conceder la escritura pública, las condiciones de subrogación de hipoteca si existiera y las sanciones que conllevaría si el acuerdo se incumpliera.
Escritura pública: aunque el contrato de compraventa haya sido firmado, el comprador no es titular legal hasta que el notario lo eleve a escritura pública. En esta se refleja la última comprobación de la situación registral de la propiedad que gestiona el notario así como la verificación de las cargas que existen sobre el inmueble. Así como el recibo de abono del IBI, los deberes fiscales originados de la compra, la sujeción a las cláusulas legales y deberes fiscales y el reparto de gastos de la operación.
Vender o adquirir una propiedad puede conllevar muchos más problemas de los previstos. Aunque suene muy pesimista, la verdad es que muchos contratiempos pueden eludirse. Por este motivo, es recomendable contratar la asistencia de un abogado para obtener asesoramiento durante todo el proceso de compraventa de una propiedad. Ciertamente, contratar este tipo de servicios acarrea un gasto, pero también te resultará muy útil para ahorrarte muchos imprevistos y tener la posibilidad de responder mejor a ellos.
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