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ToggleArrendamiento de zonas comunes en Propiedad Horizontal. En los edificios de propiedad horizontal, son las propias comunidades de vecinos las que, de manera colectiva, gestionan tanto las zonas comunes como privativas de la finca, como pueden ser los jardines, las piscinas, los garajes y las áreas recreativas, que son compartidas por todos los propietarios.
La cuestión es que el arrendamiento de estas zonas para actividades comerciales o recreativas puede suponer una importante fuente de ingresos extra para la comunidad, siempre y cuando se respeten las normativas legales y se logre el acuerdo necesario por parte de los propietarios en una Junta General.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de decisiones, además de influir en las cuentas de la comunidad, también pueden afectar a la convivencia y al uso de las instalaciones por parte de los residentes, por lo que es fundamental que, antes de proceder al alquiler, se estudie con todo detalle.
El arrendamiento de las zonas comunes en una Propiedad Horizontal es una posibilidad recogida en la propia LPH, siendo legal siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos y procedimientos establecidos.
Concretamente, el art.17 establece que la comunidad de propietarios puede llegar a acuerdos con respecto a aquellos elementos comunes que no sean necesarios para el adecuado uso y disfrute de los propietarios, siempre que no se altere la configuración arquitectónica del edificio ni se menoscabe su estructura general.
Con lo cual, se abre la puerta al arrendamiento con el objetivo de obtener ingresos adicionales que puedan invertirse en el mantenimiento o la mejora de la finca.
Según la Ley de Propiedad Horizontal, cualquier acuerdo que implique la modificación del título constitutivo o de los estatutos de la comunidad requiere del voto favorable de las 3/5 partes del total de propietarios, que a su vez representen las 3/5 partes de las cuotas de participación de la finca. Garantizando que la decisión se tome con el respaldo mayoritario de los propietarios, de manera transparente y equitativa.
Pero además, es fundamental cumplir con otros procedimientos, como que la Junta General de Propietarios sea convocada y celebrada de manera adecuada, así como la documentación y registro de los acuerdos adoptados, con el objetivo de que la comunidad quede protegida tanto en términos legales como en la gestión de sus recursos y espacios comunes.
En caso de duda, es recomendable consultar con un administrador de fincas o un asesor legal especializado en Propiedad Horizontal para tener toda la información sobre los procedimientos que deben seguirse, de manera que todos los requisitos legales se cumplan correctamente.
Las zonas comunes que pueden arrendarse pueden variar dependiendo de las características específicas de cada comunidad de propietarios, pero las más habituales son las siguientes:
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, aunque el arrendamiento sea legal, es importante valorar si dicho alquiler afecta a la convivencia o al uso pacífico de las instalaciones por parte de los demás propietarios.
Por ejemplo, si el alquiler de un local comercial no se gestiona adecuadamente, podría afectar a la tranquilidad de los residentes. Del mismo modo, el arrendamiento de zonas recreativas como las piscinas o las pistas deportivas no debería afectar al uso habitual y al disfrute de los residentes.
Por este motivo, es recomendable realizar un exhaustivo análisis de costes y beneficios para garantizar que la decisión de arrendar una zona común esté siempre alineada con los intereses colectivos de la comunidad y con sus necesidades de mantenimiento y financiación.
Para proceder al arrendamiento de zonas comunes en Propiedad Horizontal, es necesario cumplir con una serie de condiciones y requisitos legales.
Sí, el arrendamiento de las zonas comunes en Propiedad Horizontal está sujeto al pago de impuestos. Como receptora de estos ingresos, la comunidad de propietarios tiene la responsabilidad de cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes. Esto implica presentar declaraciones periódicas y, en algunos casos, realizar retenciones sobre los pagos recibidos, en función de si el arrendatario es una persona física o jurídica.
Es importante mantener un registro detallado de todos los ingresos percibidos y los gastos relacionados con el arrendamiento. Los gastos pueden ser deducibles a efectos fiscales, lo cual puede ayudar a reducir la carga impositiva.
En este sentido, para optimizar la gestión fiscal y garantizar que se cumplen todas las normativas aplicables, es recomendable consultar con un asesor fiscal especializado que pueda proporcionar orientación sobre los procedimientos fiscales específicos que deben seguirse, así como sobre las posibles deducciones o beneficios fiscales aplicables.
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