IVIMA recuperar fianza

IVIMA recuperar fianza: características de nuestra asesoría legal y jurídica

En cuanto al tiempo estipulado, tal como establece la legislación actual, el propietario dispone de un mes desde la entrega de las llaves para llevar a cabo la reintegración de la fianza. En caso de incumplimiento, podrán sumarse intereses de demora que pueden ser exigidos por el inquilino.

Si el arrendador restituye la fianza de manera íntegra y en plazo, todo bien. El contratiempo aparece cuando el inquilino considera que ha cumplido con todas sus obligaciones y el propietario no está de acuerdo con ello. Por ejemplo, puede ocurrir que el propietario considere que el inmueble se ha entregado en unas condiciones menos óptimas de las que tenía cuando fue entregado. Si no se consigue llegar a un consenso sobre quién es el culpable y sobre la cantidad económica de los desperfectos, le corresponderá juez dictaminar resolución al respecto.

Si el inquilino desea demandar, deberá probar la falta de culpa. Y es que el artículo 1563 del Código Civil hace responsable al arrendatario del daño que haya sufrido el inmueble, a menos que pueda justificar que no ha sido culpa suya. Los documentos más frecuentes y aconsejados por nuestros expertos son la aportación de un inventario y de imágenes hechas en el momento en que se firmó el contrato de alquiler.

Además, hay que considerar que, llegado el caso, los técnicos y peritos del arrendador generalmente dirán que los daños del inmueble han sido causados por negligencia por parte del inquilino, o al menos que no se habrían producido sin su responsabilidad. Por esta razón, siempre es recomendable que los inquilinos hagan una revisión técnica antes de hacer la entrega del inmueble.

Tanto si no recibimos la fianza a tiempo como si el propietario no quiere restituirla íntegra o parcialmente, es recomendable contar con los servicios de un abogado que se ocupe de llevar a cabo estas gestiones y que podamos recuperar nuestra fianza. Pero también es buena idea hacerlo si, por ejemplo, el arrendador ha fallecido y el inmueble alquilado cambia de titularidad.

Esto no significa que inmediatamente pongamos una demanda y comencemos un proceso judicial, sino que el consejo de un abogado puede ayudarnos a agotar otro tipo de mecanismos que puedan solucionar el asunto por la la vía de la conciliación, de una forma más rápida y ágil. Por ejemplo, mandar un burofax pidiéndole la fianza, lo que además valdrá como evidencia del requerimiento extraprocesal.

Pero si la vía de la conciliación no resulta efectiva, es lógico que el inquilino se cuestione qué debe hacer para que le devuelvan su dinero. En estos casos, la realidad es que no quedará más opción que tomar medidas legales, siendo el juez el que decidirá la cantidad que tiene que descontarse de la fianza del inquilino después de revisar las pruebas aportadas y a la lectura de las mismas.

El Tribunal será el que corresponda a la localidad donde se encuentre ubicado el inmueble o el lugar donde resida el arrendador, que es al que hay que demandar. En cuanto al tipo de proceso, según el Real Decreto-Ley 7/2019 de 1 de marzo, en aquellos casos en los que la cuantía reclamada no exceda de los 6.000 euros, el procedimiento idóneo será el Juicio Verbal y en aquellos en los que la cantidad sea superior a los 6.000 euros, el Juicio Ordinario. Si además, no supera los 2.000 euros, que suele ser lo más frecuente en la mayor parte de fianzas de arrendamiento, podemos poner la denuncia sin acudir a un abogado o procurador.

Debemos tener en cuenta que el propietario cuenta con diferentes vías para probar los desperfectos: las facturas, las actas notariales, los peritajes, etc. Si el arrendatario no dispone de nada para justificar la ausencia de culpa, lo tendrá más difícil para recuperar la fianza. Por esta razón, aunque en algunos procesos no sea necesario contratar a un abogado, siempre es aconsejable hacerlo para recibir el asesoramiento adecuado y tener más éxito.