Contrato de arrendamiento de negocio hotelero: aspectos a tener en cuenta

Contrato de arrendamiento de negocio hotelero: aspectos a tener en cuenta

Contrato de arrendamiento de negocio hotelero. La gestión hotelera es una de las mejores soluciones para aquellos propietarios que no quieren vender su hotel pero sí quieren que otro lo gestione y lo haga más rentable, por ejemplo una cadena hotelera. De esta manera, el propietario puede recibir los beneficios del negocio pero es otra persona o empresa la que se encarga de gestionarlo y de maximizar los ingresos.

Eso sí, hay que tener en cuenta que cada caso es distintos. En el contrato de arrendamiento de negocio hotelero es posible incluir tantas cláusulas como sea necesario. Así pues, el beneficio que percibirá el arrendador puede fijarse en un porcentaje sobre los beneficios (alquiler variable) o como una cantidad fija periódica (alquiler fijo). Incluso existe una opción híbrida que combina las dos anteriores, en la que el arrendatario paga un alquiler variable con un mínimo garantizado. 

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Contrato de arrendamiento de negocio hotelero: características

De este modo, el índice de riesgo se reparte de alguna manera entre ambas partes, en función de las condiciones recogidas en el contrato. El gestor asume el riesgo empresarial y se encarga de que el negocio funcione correctamente, mientras que el propietario cobra el canon acordado previamente. El arrendador se despreocupa de la gestión operativa de la propiedad, que queda en manos de un gestor o cadena hotelera con un equipo integral experto en el sector turístico. A cambio, el arrendatario asume todo el riesgo financiero.

Pero como decíamos, cada contrato es distinto, por lo que no resulta nada sencillo establecer un contrato de explotación hotelera único y unas características fijas. Algo que no solo depende del gestor y del propietario, sino de cuestiones económicas impuestas por el propio mercado en cada momento y de los cambios que va experimentando el sector turístico. A continuación te explicamos cuáles son los contratos de arrendamiento de negocio hotelero más habituales y cuáles suelen ser sus características.

Contrato de arrendamiento de negocio hotelero: contratos mas habituales

Modelo de explotación o arrendamiento

En este modelo de arrendamiento, el dueño del establecimiento sigue siendo propietario del establecimiento y de sus instalaciones. Por lo general, el equipamiento básico también es cedido por el arrendador, pero los elementos fungibles son asumidos por el gestor o empresa gestora. 

Es el tipo de contrato de arrendamiento de negocio hotelero más popular en España durante los periodos de bonanza económica. Los pagos al propietario pueden ser fijos o variables, pero siempre deben establecerse previamente los plazos en los que se realizarán dichos pagos.

Modelo de gestión activa

Es un modelo totalmente contrapuesto al modelo de explotación. La parte gestora tiene un papel mucho menos importante en este modelo de arrendamiento, ya que solamente actúa como gerente del establecimiento. Con lo cual, el riesgo empresarial corre a cargo del propietario, pudiendo incluso romperse el contrato por parte de la cadena hotelera si se producen pérdidas en las ganancias durante un largo periodo de tiempo.

En este tipo de contrato, la parte gestora recibe un porcentaje de los beneficios en lugar de ser el propietario el que la recibe. Pero además, el establecimiento suele adoptar la marca de la cadena.

Modelo híbrido

Se trata de un contrato que está cobrando cada vez más importancia dentro del terreno de los arrendamientos hoteleros. Un modelo que se basa en el reparto equilibrado tanto de los beneficios como de los riesgos entre el propietario y la parte gestora. Por lo general, el gestor asume un importante desembolso inicial en la reforma y construcción de nuevos productos para el hotel, como pueden ser nuevas zonas de spa o baño, por ejemplo.