Denunciar a un vecino por ruido: ¿cuál es el procedimiento?

Denunciar a un vecino por ruido: ¿cuál es el procedimiento?

Denunciar a un vecino por ruido: vivir en una comunidad no siempre es fácil, pero si cada vecino pone de su parte, es posible convivir en armonía, de manera pacífica y agradable. No obstante, a veces podemos encontrarnos con personas poco respetuosas que no tienen en cuenta el bienestar del resto y a los que no les importa molestar a sus vecinos con el ruido. Si tú eres la persona afectada en este caso y ya no aguantas más, puede que te hayas planteado denunciar a un vecino por ruido.

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¿Cómo denunciar a un vecino por ruido?

Si tenemos un vecino ruidoso que no para de molestarnos, lo más recomendable es intentar agotar la vía amistosa antes de interponer la denuncia ante el Ayuntamiento o, en su caso, iniciar una acción civil de conformidad con lo dispuesto en la Ley de Propiedad Horizontal y el Código Civil e, incluso, valorar la posibilidad de iniciar acciones penales. Siempre es preferible intentar solucionarlo a través de la negociación y evitar crear acritud en la convivencia diaria. Puede que ni siquiera fuera consciente de que estaba ocasionándote molestias.

Si, a pesar de ello, el vecino sigue haciendo ruido, el siguiente paso es poner el problema en conocimiento de la comunidad. Puede que incluso haya más afectados y que podáis ejercer más presión juntos. Pero si esto, tampoco funciona, la única vía que queda ya es la de acudir a los tribunales. Obviamente, no resulta agradable para nadie, pero hay ocasiones en las que no queda más remedio. Las opciones legales que tiene a tu disposición en este caso son las siguientes:

• Vía administrativa:

  Se trata de interponer un escrito de denuncia ante el Ayuntamiento explicando el problema. Deberás incluir los acontecimientos acaecidos y las horas exactas en las que se ha producido el ruido. Además, puedes solicitar que se tomen medidas de manera urgente para que las molestias cesen inmediatamente. Si la administración no toma cartas en el asunto, entonces podrás reclamar indemnizaciones debido a las consecuencias de esa inacción. Es lo que se conoce como vía contensioso-administrativa.

• Vía judicial civil:
  Consiste en poner la denuncia por ruido al vecino causante del mismo. En este documento se exigen indemnizaciones por daños y perjuicios. Si el vecino está alquilando la vivienda, el propietario podrá dar por finalizado el contrato. Pero si es propietario de la vivienda, la comunidad podrá iniciar un procedimiento para que la actividad que provoca el ruido cese.

• Vía penal:
  Es el camino más extremo, aquella que tiene en cuenta la salud de los damnificados. Si se trata de un problema serio y dañino para nuestra salud y el desarrollo de nuestra vida diaria, se podría valorar la posibilidad de interponer una denuncia, tramitándose el procedimiento por la vía penal, al entender que el vecino infractor podría estar incurriendo en un delito por exceso de ruido.

Denunciar a un vecino por ruido: ¿Qué hacer con los ruidos que no superan el límite de decibelios pero que resultan molestos?

El nivel máximo de decibelios permitido en horario nocturno es de 25 db. Pero hay algunos ruidos que no superan este límite que no por ello dejan de ser desagradables. Nos referimos a las molestias que, aunque no sean muy intensas, pueden llegar a perturbar nuestro descanso y, a la larga, terminar deteriorando nuestra salud. Ruidos que no son incómodos porque sean muy elevados, sino por su repetición y persistencia en el tiempo.

Entre este tipo de ruidos encontramos los que hace el ascensor por falta de mantenimiento, las tuberías viejas, la puerta del portal que se desencaja, el tránsito de los vecinos por el pasillo a altas horas de la noche, muebles que se arrastran, un suelo de tarima mal aislado, un grifo que gotea, un reloj de pared o el uso de videojuegos, música o televisión.

Esta situación se produce con más frecuencia de lo que pensamos. Y, aunque para el vecino causante de los ruidos puede “no ser para tanto” o incluso normales, llegando a pensar que su vecino es un maniático, lo cierto es que puede convertirse en motivo de conflictos vecinales graves.

El problema es que, al no superar el límite de decibelios, muchas personas creen que no es posible poner una denuncia o que si la ponen, perderán el caso. Sin embargo, la jurisprudencia contempla que si los ruidos exceden el límite de los inconvenientes normales de la vida cotidiana de la comunidad y que, por tanto, resultan intolerables y asumibles. Eso sí, hay que tener en cuenta que es el juez el que tiene que valorar si los ruidos son normales o no.