Si has suscrito un contrato de arras y has entregado una cantidad de dinero para la compraventa de un inmueble y el propietario no transfiere las llaves de la vivienda en el tiempo pactado, no traspasa la escritura de compraventa o no quiere reembolsar el doble de la cantidad entregada después de incumplir el acuerdo, debes saber que la legislación vigente te ampara, teniendo la posibilidad de acudir a los juzgados para exigir la indemnización debido al incumplimiento de alguna de las cláusulas o exigir que se cumpla lo que se pactó en el contrato de arras.
En este caso, es recomendable que contactes con un buen abogado experto en contrato de arras para que analice el asunto. El abogado se ocupará de mandar un burofax a la otra parte advirtiendo sobre el quebrantamiento del contrato y solicitando que se cumpla lo pactado. Si la parte vendedora atiende la reclamación, el problema puede acabar de manera «amistosa» sin necesidad de llegar a los tribunales. Pero si no consigue un acuerdo, se emprenderá la vía judicial a través del proceso monitorio en el que se reclamarán las cantidades debidas sumado al interés, pudiendo darse las siguientes situaciones:
Si se dan el segundo y el tercer caso, se deberá interponer juicio de manera verbal u ordinaria en base a las cantidades que se estén solicitando. Si el importe supera los 6.000 euros, tendrá que acudirse al proceso ordinario, como fijan los arts. 818.2 LEC y 249.2 LEC. Si la cantidad es más pequeña, el juicio será verbal. Debes saber que si no se continúa adelante, el juez puede atribuirnos las costas. Cuando se haya pronunciado sentencia firme, si la parte vendedora sigue sin responder al pago, se efectuará la ejecución, pudiendo proceder al embargo de lo que sea necesario.
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También conocido como contrato de señal, el contrato de arras es el que se celebra entre el comprador y el vendedor con la finalidad de garantizar una obligación de traspaso de un objeto, mueble o inmueble, a través de una cifra de dinero anteriormente pactada. Los que se utilizan normalmente para los contratos de compraventa de bienes inmuebles son los contratos de arras confirmatorias que, según señala el Tribunal Supremo, “son expresión de un contrato con fuerza vinculante que no faculta, por tanto, para resolver la obligación contraída, que normalmente corresponden con las entregas o anticipos «a cuenta del precio”.
Este tipo de contratos no deben confundirse con los contratos de reserva de compra, ya que son documentos distintos. El contrato de reserva no deja de ser un contrato por el que tanto el comprador como el vendedor se comprometen a realizar la venta en un plazo determinado y por un precio concreto. Bastante frecuente en las agencias inmobiliarias, pero que no presupone la posterior compraventa, sino que su objetivo es asegurar que una persona está dispuesto a comprar un inmueble específico. El contrato de reserva no es ni un contrato de compraventa ni un contrato de arras, sino que se trata de un contrato irregular por su imprecisión y del que apenas hay jurisprudencia.
La diferencia radica en que en el contrato de arras, el comprador entrega una cantidad, asegurando de esta manera la penalización de la parte que infrinja el acuerdo. En el supuesto de que la parte compradora finalmente decida no continuar adelante con el procedimiento, no recuperará el importe aportado. Si, por el contrario, es el vendedor el que finalmente elige no vender, deberá reintegrar a la parte compradora la señal multiplicada por dos. Esto significa que las arras sirven como una garantía que va unida al posterior contrato de compraventa, con la finalidad de evitar su quebrantamiento y garantizar la transacción.
Cosa diferente es que, tras firmar el contrato de arras, una de las partes no pueda cumplir con lo acordado y ambas convengan prorrogar el contrato de arras. Esto quiere decir que si la transacción no puede concretarse antes de que llegue la fecha pactada en el contrato de arras, podemos ampliar la fecha límite de mutuo acuerdo.
Si necesitas un abogado experto en contrato de arras, no dudes en contactar con nuestro bufete. Encontrarás un gran equipo de profesionales especializados en estos asuntos con más de 10 años ocupándonos este tipo de procesos. Estudiaremos tu situación de forma personalizada para defender tus intereses hasta el final con total garantía. Ofreciendo consejo completamente adaptado a ti desde el principio hasta el final, de modo que puedas estar lo más relajado posible.
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Hoy, en Vecindia vamos a contarte todo lo que necesitas saber acerca de Urbanismo, más en concreto acerca de los planes de desarrollo urbanísticos. Pero ¿en qué consiste un plan de desarrollo urbanístico y para qué sirve? Puede que en muchas ocasiones hayas escuchado este término o algún otro similar, pero a ciencia cierta no sepas a qué se refiere, sigue leyendo y contestaremos a tus dudas.
Demanda por obras inconsentidas: en algunas ocasiones los arrendatarios ponen tanto afán en que sus viviendas de alquiler parezcan un hogar que se olvidan de que la vivienda no es suya. En los pisos de alquiler se permiten instalar aparatos de aire acondicionado, parquet o incluso cambiar la encimera o los muebles de la cocina; siempre que se haya previsto en el contrato de forma expresa y haya sido aceptado por las partes y, en su defecto, se regirá por lo dispuesto en la Ley.
El art. 1544 del Código Civil establece que "en el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar una obra o a prestar a la otra un servicio por precio cierto". Así pues, es obligación del contratista la obtención de un resultado perfecto, sin defectos de ejecución, en los plazos y condiciones fijados. Si se incumplen estas obligaciones, el comitente tendrá derecho a ser resarcido de los perjuicios, tal como se establece en los arts. 1100 y 1101 del Código Civil, comprendiendo tanto el daño efectivo como el lucro cesante. Pudiendo la parte perjudicada elegir entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. Pero si el cumplimiento fuera imposible, también podrá pedir la resolución incluso después de haber escogido el cumplimiento.
